Tardaría Kirby en llegar al universo de los videojuegos para hacerlo precisamente casi en las postrimerías del catálogo activo de la NES dando por bueno el dicho de que lo bueno siempre se hace esperar. No obstante, no sería la primera aparición de la bolita rosada por las plataformas consoleras, pues un año antes había hecho acto de presencia en Game Boy con Kirby’s Dream Land. En este título para nuestra 8 bits se vería por primera vez la capacidad mimética de Kirby que le hace convertirse en cualquier enemigo que tenga a bien ingerir y también su capacidad para elevarse con sus saltos gráciles y esponjosos. De los mejores gráficos que se han visto nunca en la NES y la presentación de una leyenda de los videojuegos. ¿Qué más se puede pedir?
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