Repartir periódicos también se convierte en un argumento válido en una época en la que todo era felizmente posible. Paperboy precisamente es esto, el repartidor de la prensa que desde la carretera lanza los diarios a lomos de su bicicleta. Como no podía ser de otra manera, nuestra misión es lanzarlos bien y evitar toda una serie de obstáculos que, como imaginaremos, no son pocos. Un desarrollo tan simple, hoy en día inimaginable en una industria en la que solo resultan rentables los juegos con argumentos directos y muy concretos, que tuvo un tremendo éxito en la época siendo lanzado primariamente como arcade para después ser portado a las plataformas domésticas destacando precisamente esta versión de la NES.
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