Nuestra querida NES es historia viva de los videojuegos ya no solo por formar parte de ella, sino por ser en muchos casos testigo y origen de lo que hoy es la actualidad del sector. Además, también supone el reflejo de una época retratando momentos y situaciones de lo que fue un alegre pasado cultural tan icónico como legendario. Conocer el pasado es entender el futuro y la 8 bits es un claro ejemplo para explicar este hecho.
El verdadero sentido de todos estos juegos no es ni mucho menos sustituirlos por los actuales títulos que cuentan con millones de recursos y que quedan a años luz de todos los que por entonces salieron en esta plataforma, el verdadero valor y la forma de disfrutarlos es recordándolos, evocando aquellos momentos en los que pensamos que jamás habría nada mejor. El recuerdo y la nostalgia es así, a veces triste, en muchas ocasiones tenue, pero en este caso alegre y de un impacto tan positivo que dibuja una sonrisa en nuestro rostro. Por supuesto, también sirve para conocer los principios de muchas sagas que hoy son éxitos, de por qué esto o aquello o es así y, sobre todo, para conocer de primera mano qué sucedía por aquel entonces y cómo se veía el mundo hace más de 30 años.
Ciertamente los desarrolladores de la época fueron unos virtuosos con todas las letras. Estamos hablando de una consola con 8 bits, 8 bits que tampoco dan para hacer milagros, pero con tan poco consiguieron reinventar la fórmula una y otra vez produciendo títulos que hoy ya son leyenda. Obviamente no sé nada de programación, pero imagino que los recursos limitados agudizaron su ingenio creando argumentos impensables tan brillantes como adictivos.
Los tiempos anteriores en la industria del videojuego nos llevan a la época de las computadoras, donde se jugaba y mucho, a las maquinitas portátiles de un solo juego, a los escarceos de Atari y así hasta principios de los 80 que fue cuando Nintendo presentó a nuestra protagonista. La acogida del producto fue un éxito en todo el planeta, pero lo cierto es que se hizo a sí misma durante toda su vida útil gracias a ciertos lanzamientos que forjaron su historia con letras doradas. La competencia con Sega fue ardua en aquellos años y se prolongó tras su discontinuación cuando se enfrentaron Super Nintendo y Mega Drive, aunque más tarde ambas potencias empezarían a ceder ante la irrupción de Sony con su PlayStation y algo después con Microsoft y su Xbox. Aun así, Nintendo sigue competiendo gracias a su capacidad para diseñar juegos familiares, encontrar un filón con Pokemon o convertir a Mario en el rey de los videojuegos con gran acierto.
No dejemos nunca de jugar.